Desde que El Corte Inglés iniciara en España la andadura de la venta de tallas especiales en 1979 con varias firmas, incluida la suya, algunos modistos tardaron poco en subirse al carro de un negocio que desde el año 2000 acumula cifras de negocio superiores a los 2.500 millones de euros.
No sólo es esta suculenta cifra lo que mueve a la industria de la moda, parece que durante la última década, ha empezado a tomar conciencia de la verdadera figura de los españoles y como consecuencia ahora los principales imperios del textil están valorando cómo dar entrada a tallajes más grandes en sus establecimientos sin perder a sus clientes habituales.
En franquicia, una de las últimas en sumarse ha sido Mango, que desde hace dos años comercializa prendas hasta la talla 46. La nueva línea de negocio se denomina Why not? y su imagen es la musa del diseñador Jean Paul Gaultier, Crystal Renn, que pesa 75 kilos.
Del mismo modo encontramos a Kiabi, que tiene en el mercado una línea especial de tallas grandes con todo tipo de categorías de artículos.
Más grandes firmas, fuera del mercado de la franquicia han ido incorporando patronajes más amplios. La sueca H&M cuenta con la línea B&B, Big is Beautiful, de la que oferta los mismos modelos de prendas que de tallas inferiores pero entre la 44 y la 56.
El caso de Inditex ha sido más tímido, extendiéndose en países como Estados Unidos, para vender algunas colecciones hasta la talla 46.
También, las agujas más reconocidas del panorama español se han apuntado a dar las puntadas más grandes. Uno de los que más publicita su incursión en este mercado es Adolfo Domínguez con su firma AD+, destinada a mujeres con tallas hasta la 52 y para hombres hasta la 58. Cuenta con un establecimiento propio en Barcelona.
Franquicias especializadas en el concepto
En franquicia existen varias cadenas que han destinado su actividad a la venta de artículos de este tipo, viendo un importante nicho de negocio en las prendas de ropa de tallas más grandes. Una de las cadenas que más ha sabido aprovechar este mercado es Kanak, cuyos diseños para moda femenina pretenden ser igual de atractivos a partir de la talla 46 hasta la 60. Desde la central se asegura que "en Kanak nos hemos especializado en vestir juvenil y elegantemente a chicas que estaban estigmatizadas por su talla y que no encontraban prendas atractivas para ellas" y con esta filosofía han abierto seis franquicias.
La tienda de Lolín es otro de los ejemplos más significativos. En 1986 los impulsores de esta enseña barcelonesa decidieron hacer frente a la dificultad de las mujeres para encontrar tallas grandes y seguir vistiendo a la moda. Ahora, la Tienda de Lolín cuenta con 36 establecimientos en el territorio nacional y tiene presencia en Cataluña, Levante y Madrid.
Los salones internacionales son la inspiración para los diseños de la red de franquicias Sabela Mourelle, una marca enteramente dedicada a la confección de todo tipo de prendas para la mujer joven que necesita una talla diferente. En sus 22 establecimientos, ofrecen directamente sus artículos sin intermediarios.
Sin olvidarnos de otras franquicias que entre sus artículos de moda y complementos han destinado una línea para el público que necesita un tallaje mayor como es el caso de Crysanna, con siete puntos de venta, que además de su oferta general, comercializa patronajes más grandes y busca modelos juveniles y atractivos para este tipo de artículos.